"En el principio de la litertura está el mito, asimismo en el fin"
Jorge Luis Borges (El hacedor, 1955)
Un reconocido periodista deportivo argentino se queja de que el fútbol carece de una literatura. La reflexión la hacía mientras entrevistaba a un técnico que estaba de regreso a la actividad deportiva y escuchaba que en el tiempo que estuvo sin dirigir estudió por cuenta propia, leyendo mucho. Insistía este periodista, que el fútbol a pesar de ser tan popular y con tantas experiencias carece de una literatura, insistía que de las demás áreas de la cultura la literatura abundaba, pero en el caso del fútbol se sabía que tenía muy poca literatura, poca producción de textos que reflexionen mientras en las demás áreas del saber es numerosa, pero que en el fútbol, son contados por pocos, quienes escriben libros que reflexiones este deporte, manteniéndolos lejos del género literario, en un extraño híbrido, como la Crónica de Indias
Agregaba, en otra queja, que son pocos los congresos y seminarios en el mundo del fútbol , y creo que daba en el punto central de una vieja pero vigente discusión: la necesidad que tienen los agentes culturales en reunirse para reflexionar sobre su actividad. No puedo ocultarse los escasos encuentros no sólo del futbol, sino de muchas áreas culturales. Cada Congreso de algo es un gran esfuerzo, cuando de cultura se trata
¿Cómo debe construirse una literatura del fútbol? ¿En qué consiste una literatura del fútbol? ¿Quiénes deben construirla? Comenzando por aclarar que el fútbol no es un área del pensamiento plena, lo que se escribe sobre el deporte en general se adjudica más a la sociología del deporte que a su propia literatura.
Entendiendo que ese periodista planteaba una literatura desde una idea muy amplia, en una forma de reflexión que incluya teorías, análisis y diversas formas de representación que permitan reflexionar sobre ellas. Para que exista una literatura deben existir críticos y teóricos.
Las teorías de lo lúdico planteada por Huizinga en Homo Ludens (1938)o la figura del héroe acuñada por Víctor Bravo en Dios es redondo (2007) , entre otros críticos actuales, pueden ser las bases de una literatura del fútbol, desde ahí podríamos desprender diversas formas de análisis que estarían sustentadas por muchos mecanismos sociológicos y por cientos de ejemplos representados por los partidos de fútbol en todas sus manifestaciones. Ya no sería parte de las expresiones sociológicas, sería una literatura.
Es tiempo que la observación y el testimonio se sistematicen en función de teorías y análisis: periodistas (que es diferente a comunicadores sociales), ex jugadores y técnicos quienes conviertan su vivencia en pensamiento, en reflexión pura.
La institución del fútbol debe renovarse, y su literatura debe ser parte de esa renovación,una mirada que apunte a un discurso que se construye desde observaciones y testimonios, y que deben ser capaces de trascender del empirismo a las áreas culturales para su legitimación, pero para ello, la preparación intelectual que debe tener cada sujeto productor de teorías y análisis del fútbol como una asignatura obligatoria que desprenda reflexiones que se alejen de los lugares comunes, que haga crítica al juego y a los jugadores, es decir, a las nociones lúdicas y de los héroes como bases teóricas centrales y eso implica que no sólo es el campo de juego y los famosos noventa minutos está el objeto de estudio, sino incorporar al resto de la red social y económica que se reúne alrededor de esta actividad deportiva.
La tarea es larga y pantanosa. Necesita de muchos actores. De amplitud de criterios, de permitir abrirse a muchas formas de expresión, de criterios e ideas renovadoras desde la escritura como el gran vehículo de la comunicación de esa Literatura. Veremos qué pasa.
(a francisco)