Un empleado público es un memorioso aficionado a Racing Club de Avellanada de Argentina. Responde con datos precisos a todas las preguntas que le hacen en un bar: jugadores, goles anotados, partidos ganados, alineaciones. Otro personaje, el que le hace las preguntas, resume la pasión del memorioso con el lugar común que se puede cambiar todo, todo, menos “la pasión”, del fútbol en el caso del empleado público. Pasión, pasión repite con énfasis. La imagen se funde y aparece una toma aérea, nocturna. Al fondo, un estadio iluminado, de tapiz verde y un graderío multicolor, repleto. Es el estadio de Huracán y se enfrenta a Racing.
El lenguaje audiovisual comienza a mostrar desde el aire y cada vez más cerca a los jugadores en pleno juego, la voz de un narrador acompaña a la imagen, la pelota pega en el palo. La imagen (un gran logro de posproducción) se inserta hasta las gradas donde está Benjamín Espósito (Ricardo Darín), algarabía, cánticos a favor de Racing. Un gol, todo se mueve. Es un caos de alegría, de pasión.
La descripción pertenece a la representación cinematográfica de un juego de fútbol en ese país en una escena clave, puntual, de la película El secreto de tus ojos (Campanella, 2009), recientemente ganadora como película extrajera de ese premio extraño y de poca credibilidad llamado Oscar.
Finalmente una película Argentina reciente incorpora al fútbol en la historia fílmica, y debe reconocer que en El secreto de tus ojos, han alcanzado una construcción lúdica que refleja con veracidad lo que se vive en una cancha de fútbol en ese país y que la televisión apenas nos deja sentir. Lo mejor, es que el fútbol se convierte en un elemento mediador, el entramado del discurso fílmico será otro después del juego: el sospechoso será atrapado durante el partido del fútbol, en una secuencia fílmica de gran nivel de realización, una cámara subjetiva que nos llevará no sólo por las gradas, sino por los pasillos y los baños del estadio hasta el propio césped.
La historia se construye desde la memoria y la anécdota de los protagonistas. Narrada desde el presente, con analepsis que se ambientan al momento del crimen que se enmarca en la Argentina militar de finales de los setenta y se reduce al modelo narrativo típico del cine dama/suspenso. Con actuaciones impecables, está basada en la novela La pregunta de sus ojos (2005) de Eduardo Sacheri, cuenta la historia Benjamín, funcionario jubilado, quien pretende escribir una novela que narra la historia del asesinato de una hermosa mujer y de la fortaleza del amor de su prometido. Crimen y pedido de justicia que se verá enfrentado a las esferas del poder, como parte del recorrido de los personajes, núcleos narrativos universales aptos para los criterios de la crítica norteamericana, que siempre evalúa los estereotipos.
Recordemos que este director argentino ha trabajado en series como La ley y el orden, Dr. House y 30 Rock, entre otras, lo que le he servido como lobby para hacerse visible dentro de la miopía cultural de buena parte de la sociedad norteamericana. Si algo hay que reconocérsele a Campanela es aprovechar su experiencia y armar una historia que cautivó a la mediocridad del cine de Hollywood (Avatar, buen ejemplo, buen bodrio), y le ha servido para revalorar el cine Latinoamericano, el argentino para ser justo. No es una obra maestra como Nueve Reinas, ni sé si valga la pena verla varias veces como El lado oscuro del corazón, pero es una buena película, aburrida para muchos.
Su filmografía ha tenido gran aceptación :El mismo amor la misma lluvia, El hijo de la novia, Luna de Avellaneda, y ahora El secreto de tus ojos. En todas Ricardo Darín ha sido el actor principal. Caprichos de los cineastas. En El Secreto de sus ojos anotó un gol. Veremos qué pasa.