La memoria de la cámara se llenó y buscamos con rapidez un cibercafé para bajar las imágenes, asegurarlas en unos DVD y llevarlas en el lugar más seguro que se pudiera disfrazar junto al cuerpo y seguimos tomando fotos. Ya teníamos casi tres semanas de un viaje que relaté hace año y medio.
Esa fue la lectura del turista. Con el tiempo se comprende que el viaje es mucho más que la contemplación a lo desconocido, es fundamentalmente experiencia de vida. También con el paso del tiempo comprendemos mejor las estructuras del poder de otras regiones, de otras sociedades, gracias al viaje y cuando recuerdo el Maracaná y las fotos que nunca pude ver, pienso que pasaban cosas que solo se ven gracias a la perspectiva del tiempo. Es el pasado el que nos remite a las revisiones.
Todo salió como lo esperábamos. Santiago de Chile había quedado atrás, como Osorno, el paso fronterizo, la nieve por la carretera, Bariloche, y una buena parte del desierto patagónico: una imagen primitiva, sola, antes del tiempo.
Amanecimos con la pampa verde. Luego fue apareciendo Buenos Aires, una larga avenida, los primeros arrabales, muchas casas pobres, blancas, casi todas de un piso. Nuevas fotos de la Bombonera, la que presenta este espacio en Internet. A los días, Colonia de Sacramento en Uruguay, luego Iguazú, y sus cataratas, la triple frontera, Foz de Iguazú y con ello el gran Brasil, muchas pequeñas ciudades, Sao Pablo, un motorizado muerto en plena autopista, Río de Janeiro y la foto de Ciudad de Dios, Botafogo, Copacabana, Ipanema, el Cristo Redentor, Flamengo, puro fútbol son los cariocas, apasionados, pura samba en su andar.
Muchas fotos, decenas, de todo. Memoria llena, otro internet. La sorpresa fue tremenda cuando los DVD de Argentina estaban vacios, no aparecía la sesión de fotos de Chile, Uruguay, La Bombonera, la cancha de Vélez, Buenos Aires, Argentina, Brasil, Copacabana, todas unas postales. Nos resignamos en perderlas por la impotencia de un empírico experto de computadores en el barrio San Telmo de Buenos Aires. Quedaría nuestra memoria como el único almacén de esas imágenes, nunca nos imaginábamos lo que pasaría con esos DVD a nuestra vuelta a Venezuela. Pero en ese instante, en Botafogo decíamos: son una m… los argentinos, y la cara del mulato que parecía el hermano menor de Luis Fabiano, el jugador del Sevilla, casi lloraba con nosotros, con la indignación: argentino hijos de p….
Vino la tarde en Maracaná, luego Copacabana, un baño, una cerveza y ver el atardecer, todos unos turistas: el sol se pierde en las montañas (como lo hace en Juan Griego, salvo que en Margarita es incomparable), las Caipiriñas, qué manjar.
Sorpresa: tres sujetos, un robo, una mujer gritando, un cuchillo, mucha tensión, nervios, miedo, voces, rostros olvidadizos, cámara robada. Se perdieron las fotos, lo que faltaba. Una lástima, no nos pasó nada, tranquilo, lo importante es la salud, pero se perdió la cámara, “qué arre….ra”, lo que había costado ahorrar para comprarla.
Llegada a Mérida, las anécdotas, sin maletas, se quedaron en Maiquetía y la línea aérea pura irresponsabilidad, más anécdotas, el robo, una computadora, sacar los DVD con sus estuches arrugados de papel.
Las fotos por fin, la que se pudieron quemar, otra sorpresa, la segunda, el milagro, estaban las dos sesiones, estaban todas las fotos. Qué pasó entonces. ¿Acaso Brasil controla el acceso a los sistemas de computación? Si.
II
Un contacto de internet, de esos con los que nunca converso con frecuencia, tiene en su link del Messeguer: por el uso libre del internet en Venezuela. Abordamos una conversación desde la red, y discutíamos si debería ser controlado el uso de este medio, ¿quiénes deberían hacerlo y qué tipo de restricciones tendría? Rápidamente concluimos que los gobernantes actuales no están capacitados para semejante ejercicio de justicia digital.
Retomé con él la vieja historia de los DVD de Botafogo que no leían las carpetas quemadas en San Telmo. Estoy convencido que al hermano perdido de Luis Fabiano, que era empleado del ciber café le están ocultando información, que por extensión es una forma de censura. El no lo sabe, él abre su internet todos los días y navega y recibe sus correos, pero existe una supervisión invisible. El canal de comunicación digital es intervenido por el Gobierno, pero el gobierno no es el Estado, todos somos el Estado. Entonces ¿Quién prohíbe y censura? ¿Bajo qué convenio social debe tener limitantes la información digital?
Ante los rumores de un control de esa índole en Venezuela, intenté averiguar. Comprendí que toda la información sobre el tema la genera la televisión. Cuando leemos, de dónde sacan las noticias, la mayoría de las fuentes periodísticas son televisivas, hacen lo que hace 20 años hacia la radio. Ambos medios tienen normativas y sanciones, la nueva es la discutida ley Resorte. El poder siempre querrá limitar a los medios de información.
El resultado de la búsqueda me arrojó información: un vocero de la Asamblea Nacional se remite a la pornografía y a la falta de veracidad de algunos medios digitales, de los rumores infundados. El presidente de la empresa telefónica estatal, hace lo propio. Los primeros se refieren a una falsa noticia aparecida en una página informativa: la muerte de un Ministro importante, de dudosa credibilidad por todos, cercano al Presidente. Cayeron en la trampa, pienso, creyeron en rumores, una trampa digital que nos deja en claro otra cosa: la calidad del periodismo de ese país tropical y petrolero. Se dejan llevar por cualquier rumor, no se diferencia el chisme de la fuente periodística.
El Ministro está vivo, si fue una trampa, fueron presa fácil, quedó al descubierto el mal uso de este medio. Desde entonces surgió la idea de establecer un punto único de contacto para el sistema de internet, lo cual ha estremecido a una parte de la sociedad venezolana, no por la medida de control, sino por la metodología que pueda usarse en un país donde el sentido de la justicia es desequilibrado y los controles han sido poco exitoso. No sería la primera vez.
En México y Brasil ya existe un tipo de control de los sistemas digitales de computación (también en Irán y Cuba), que le pregunten al hermano carioca de Luis Fabiano, que deseara tener un hermano futbolista, pensará el mulato, a él le ocultan información. ¿Cuántos correos dejan de llegar? Es intangible. La sola idea de tener espías digitales nos pone la piel de gallina. Nos atemoriza a escribir. Pero por otro lado, las sociedades más organizadas están llenas de espías, de controles. En nuestro contexto la experiencia nos ha mostrado que no se censura para el bienestar social sino para el control de la información, hay muchas cosas que al poder no le interesa que la gente sepa. El internet no será censurado, sencillamente harán invisible el contenido que no convenga. Hasta ahora es un medio poderoso, incontrolable y perverso, un estado de libertinaje, algo que en el fondo todos deseamos. La sociedad moderna entró en un desbarajuste de exceso de información, que es distinto a exceso de conocimiento, y ese es otro gran debate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario